- I El viejo lobo de mar en el «Almirante Benbow»
El Squire Trelawney, el doctor Livesey y los demás
señores me han encargado de poner por escrito todo lo
referente a la «Isla del Tesoro», de punta a cabo, sin dejar
otra cosa en el tintero que la posición...
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- I El viejo lobo de mar en el «Almirante Benbow»
El Squire Trelawney, el doctor Livesey y los demás
señores me han encargado de poner por escrito todo lo
referente a la «Isla del Tesoro», de punta a cabo, sin dejar
otra cosa en el tintero que la posición de la isla, y esto
porque aún quedan allí riquezas que no han sido recogidas.
Tomo, pues, la pluma en el año de gracia de 17.
.
.
y
retrocedo hasta el tiempo en que mi padre era el dueño de
la posada del «Almirante Benbow», y en que el viejo
navegante, de moreno y curtido rostro, cruzado por un
sablazo, se acomodó como huésped bajo nuestro techo.
Lo recuerdo, como si hubiera sido ayer, tal como llegó,
con torpe andadura, a la puerta del albergue, y tras él,
siguiéndole en una carretilla, un cofre de marinero.
Era un
hombrazo alto, recio, pesado, de color de nuez; la coleta
embreada le caía sobre los hombros de la casaca azul,
cubierta de manchas; tenía las manos agrietadas y llenas de
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