14.
DUEÑO DE TI MISMO
Todo lo que no se comprende, envenena.
Eugenio D’Ors
Si la ira se desata en tu pecho porque alguien te hace mucho daño, te irrita, te
menosprecia o te saca de quicio, imagínate a esa persona que te crea esos problemas,
como un niño...
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14.
DUEÑO DE TI MISMO
Todo lo que no se comprende, envenena.
Eugenio D’Ors
Si la ira se desata en tu pecho porque alguien te hace mucho daño, te irrita, te
menosprecia o te saca de quicio, imagínate a esa persona que te crea esos problemas,
como un niño que gatea y ni siquiera sabe andar todavía, o como un anciano decrépito
que no se vale por sí mismo.
Sentirás que tu ira deja de rugir, tu rostro recupera la
serenidad y en tu boca se dibujará una sonrisa de comprensión, que te devolverá la paz y
el sosiego de tu espíritu.
Como a muchos españoles me tocó en suerte hacer el servicio militar en África,
concretamente en El Aaiún.
Aunque aquello fue duro, no sólo no reniego de la obligada
experiencia, sino que la considero positiva por diversas razones.
Un buen día un soldado
compañero, que nunca había tenido nada contra mí, montó en cólera acusándome de que la tenía
tomada con él porque le ponía más guardias que a los demás en el Fortín (el lugar más peligroso
donde se guardaban bomb
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